
"Le ponía las canciones que bailamos en nuestro matrimonio, le hablaba con mucha suavidad, tomaba su mano, le pinchaba los dedos, todo el tiempo le decía que la amaba y le rogaba que despertara", recuerda. Emma permanecía inmóvil y silente. Pero dos años después ocurrió lo que ellos llaman "un milagro". Andrew, un experto en tecnología informática, se inclinó hacia su esposa y le hizo un amoroso pedido: "Emma, si me puedes escuchar, por favor solo dame un beso". La mujer volvió ligeramente la cabeza y lo besó. Andrew sintió que su corazón "se saldría de mi pecho" y los médicos contemplaron la escena sin salir de su asombro. Desde ese día, Emma comenzó a recuperar y perder la conciencia con frecuencia. Su cerebro había sufrido daños por la falta de oxígeno. Junto a su esposo comenzó un intenso camino de rehabilitación y la pareja se ha convertido en un modelo para los habitantes de Shropshire. A dos años de lo ocurrido, Emma padece de pérdida de memoria a corto plazo, necesita ayuda para caminar y alguien que vele por ella en todo momento. Su recuperación exige constancia y muchos sacrificios. Sin embargo, para su familia no hay mayor dicha que tenerla con ellos. "He aprendido a enamorarme de mi esposa una y otra vez. Pero esto es lo que cualquier esposo o esposa haría. Ella es una madre y una esposa y eso es lo único que importa", afirma Andrew. http://www.aica.org/