SACERDOTE MISIONERO EN ANGOLA

El sacerdote salesiano Martín Lasarte envió una carta al diario New York Times respecto a la morbosa insistencia sobre los sacerdotes pedófilos, carta que el diario neoyorquino nunca publicó. La carta comienza diciendo: “Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Y continúa: “Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños serán siempre de una prioridad absoluta.

“Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico, la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en los detalles de la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de los Estados Unidos, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… ¡Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta de odio.

“Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía a hacerlo y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 kilómetros cuadrados, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños.

“No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y de la ONU.

“No es noticia que un sacerdote de 75 años, el padre Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como padre Stefano, tengan casas para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando a los enfermos y desesperados.

“No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a seropositivos, o sobre todo en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

“No es noticia que mi amigo, el padre Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región. Ninguno pasa de los 40 años.

“No es noticia acompañar la vida de un sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.

“La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.

“No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir a sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura.

“Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico con la cual me siento ofendido.

“Sólo le pido, amigo periodista, que busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión”.

Firma: Padre Martín Lasarte, misionero uruguayo en Angola.

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EL PAPA SE ADHIERE AL BICENTENARIO


El Santo Padre, Benedicto XVI, manifestó su adhesión a las celebraciones centrales por el Bicentenario del primer gobierno patrio. A ese efecto designó al nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, como “Enviado extraordinario en misión especial para participar en los actos centrales del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

En ese carácter, monseñor Bernardini estará presente, en representación del Santo Padre, en el Te Deum que con la asistencia de la Presidenta de la Nación, tendrá lugar en la basílica-santuario nacional de Nuestra Señora de Luján el martes 25 de mayo al mediodía.

DECLARACION CIUDADANA POR LA VIDA Y LA FAMILIA

Los firmantes, abiertos al diálogo con nuestros conciudadanos de buena voluntad, queremos manifestar públicamente que adherimos a los siguientes principios y valores fundamentales para la convivencia social:

1. La dignidad de la vida humana debe ser protegida sin distinciones de ningún tipo desde su concepción hasta la muerte natural.

[Derecho a la vida] La vida del ser humano es siempre un bien. La vida de todo ser humano es inviolable desde el inicio de su existencia en la fecundación hasta su muerte natural. Esta inviolabilidad se expresa, en términos jurídicos y sociales, en el denominado “derecho a la vida”.

[Dignidad del ser humano] Cada ser humano, posee una intrínseca dignidad con independencia de su edad, sexo, raza, religión, rasgos físicos o genéticos, origen o condición socioeconómica. [Reconocimiento jurídico-positivo del derecho a la vida] El derecho a la vida del ser humano desde su concepción ha sido expresamente reconocido por el derecho argentino en su Carta Magna y en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos (Arts. 29, 33, 75 inc. 22, 75 inc. 23 de la Constitución Nacional). También en numerosas leyes y disposiciones nacionales y provinciales. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha ratificado esta inviolabilidad de la vida humana (Fallo “Portal de Belén”).

[Derecho a la vida y derechos humanos] El derecho a la vida es el presupuesto de todos los derechos. Su privación implica la supresión o negación de todos los demás derechos humanos. Por ello, nadie, ya sea juez, legislador, funcionario o simple ciudadano, tiene derecho a disponer, bajo ningún pretexto, de la vida de un ser humano.

[La injusticia del aborto] El derecho protege la vida humana por nacer en todos los niveles: penal, civil, administrativo. El aborto procurado es siempre una conducta injusta que priva a una categoría de seres humanos, los niños por nacer, de su derecho a la vida. En tal sentido, la despenalización del aborto equivale, en los hechos, a su legalización y se configura como gravemente contraria a la dignidad del ser humano, a sus derechos fundamentales y a la misma Constitución Nacional.

[Aborto y discriminación] Todos los hijos, sin distinción de origen o nacimiento, tienen igual derecho a la vida (Art. 3°, Convención sobre los Derechos del Niño). No es lícito discriminarlos según sean “deseados” o “no deseados”. La despenalización o legalización del aborto introduce en la dinámica social mecanismos de exclusión y discriminación entre los niños por nacer.

[Apoyo a la mujer, niñez y adopción] Es necesario un renovado compromiso del Estado y de las organizaciones de la sociedad civil para brindar el apoyo (sanitario, habitacional, económico, psicológico, espiritual) a toda mujer que ha sufrido un ataque a su integridad sexual. A tal fin, en el supuesto de un embarazo que se origina en una violación, es compromiso ineludible ayudar a la víctima a llevar a término su embarazo. En el caso que se viere imposibilitada de asumir la crianza de su hijo luego del nacimiento, apoyarla integralmente para que pueda asumir y desarrollar la maternidad. Si la madre no está en condiciones de cuidar a su hijo, ella le habrá dado la posibilidad de vivir y de ser criado por una de tantas familias que anhelan tener hijos y no pueden concebirlos.

[Promoción de la vida] La dignidad de cada ser humano merece medidas positivas de promoción, ya sea desde el nivel estatal como desde la sociedad civil, particularmente en los desafíos más urgentes como la pobreza, la desnutrición infantil, la trata de personas, la drogadependencia, la manipulación biotecnológica, etc.

2. El Estado y la sociedad tienen el deber de proteger el matrimonio, comunidad de vida y amor entre un varón y una mujer.

[La institución matrimonial] El matrimonio se funda en el vínculo, libre, permanente y exclusivo entre un varón y una mujer, en orden a la ayuda mutua y a la procreación y educación de los hijos. Conforma un auténtico bien para la sociedad. El vínculo matrimonial responde a un dato fundamental de la realidad humana: su condición sexuada. No es fruto del arbitrio humano, ni se puede reconfigurar según las épocas, culturas o intereses de grupos particulares.

[El matrimonio y su relevancia social] La íntima vinculación entre amor y vida que caracteriza al matrimonio, y que da origen a la familia, hace de él una realidad de una enorme relevancia social. El matrimonio es el ámbito privilegiado donde no sólo se genera la vida humana, sino también se la acoge, gesta, fortalece y humaniza. Allí la persona se capacita para entablar vínculos interpersonales y para desempeñarse en la sociedad desplegando sus dones y capacidades.

[Matrimonio y protección jurídica] El matrimonio es una institución social con perfiles jurídicos precisos. Cumple con vitales funciones sociales, por lo que merece protección del Estado. Las uniones entre personas del mismo sexo son esencialmente distintas e incompatibles con la institución matrimonial fundada en la unión de varón y mujer. Tales uniones no prestan la misma función social ni pueden ser equiparadas al matrimonio.

[El matrimonio en el derecho constitucional] La Constitución Nacional promueve la familia fundada en el matrimonio (cf. artículos 14 bis y 20 de la Constitución Nacional). A la luz de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, la noción constitucional de matrimonio refiere a la unión de varón y mujer. Cualquier modificación del Código Civil (art. 172) que eliminara el requisito de heterosexualidad para la celebración del matrimonio sería inconstitucional.

[Política familiar] Las funciones sociales del matrimonio suponen una responsabilidad para sus miembros, en la que deberían ser ayudados por la sociedad. La autoridad civil, ha de considerar como deber prioritario el reconocimiento de la verdadera naturaleza del matrimonio y la familia. Es necesario desarrollar políticas tendientes a fortalecer y ayudar a la perdurabilidad de los lazos. El matrimonio debe ser protegido y ayudado con políticas de fomento, seguridad social, económicas y tributarias (Art. 14 bis CN y Tratados Internacionales concordantes).

3. Los niños tienen derecho a crecer en una familia fundada en la unión estable entre varón y mujer y a ser educados según las convicciones de sus padres.

[El derecho del niño a crecer en una familia] La familia integrada por un padre y una madre es el mejor ámbito para el desarrollo pleno del niño. Con ese fin el Estado ha de adoptar medidas de promoción y consolidación del matrimonio. Es importante establecer redes de contención para las parejas en conflicto y ayudar a los padres para que puedan ellos a su vez estar a la altura del don maravilloso de la paternidad y maternidad.

[El derecho del niño a ser educado por sus padres] El niño tiene derecho a ser educado por su padre y su madre, quienes a su vez, tienen la responsabilidad de guiar la educación de sus hijos conforme a sus convicciones. La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos reconocen la responsabilidad primaria e indelegable del padre y la madre en lo concerniente a la educación de sus hijos (cf. artículo 75 inc. 19 Constitución Nacional y tratados con jerarquía constitucional).

[El niño desamparado y la adopción] En los casos en que, por diversas circunstancias debidamente justificadas, el niño se encuentra en situación de desamparo, la adopción se presenta como una institución privilegiada para garantizar al niño su derecho a crecer en el seno de una familia formada por un padre y una madre. La pretensión de adopción por parte de dos personas del mismo sexo desdibuja la finalidad de esta institución, que deja de estar en función del interés superior del niño.

[Apoyo a la niñez] Ante las situaciones de particular vulnerabilidad de la niñez y la familia, es necesario el apoyo de la sociedad y la autoridad política, a fin de garantizar la dignidad y derechos fundamentales de cada ser humano.

ADHESION A FAVOR DE LA VIDA: ANIMATE Y FIRMA

LOS INVITO A SUMARSE A ESTA FORMA DE MANIFESTARNOS A FAVOR DE LA VIDA Y LA FAMILIA. SI PODES ENVIA ESTE LINK A TUS AMIGOS Y CONOCIDOS. DIOS TE BENDIGA. Padre Ariel.

JACINTA Y FRANCISCO

El santo Padre nos comparte el testimonio de Jacinta y Francisco con la Señora ‘venida del Cielo’, que, como Maestra,introduce a los pequeños videntes en el acontecimiento íntimo del Amor Trinitario y los lleva a saborear al propio Dios como lo más bello de la existencia humana.


Una experiencia de gracia que los hizo enamorados de Dios en Jesús, al punto que Jacinta llega a exclamar: ‘Me gusta tanto decir que a Jesús lo amo. Cuando lo digo muchas veces, parece que tengo una luz en el pecho, pero no me quemo’.


Y Francisco decía: ‘Lo que más me gustó fue ver a Nuestro Señor, en aquella luz que Nuestro Señor nos puso en el pecho. ¡Me gusta tanto Dios!’"

GRAN FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE FATIMA


Ante una multitud -estimada en 500.000 personas- que acudió a la explanada del Santuario de la Virgen de Fátima, en el día de esa fiesta mariana y en coincidencia con el décimo aniversario de la beatificación de los pastores Jacinta y Francisco, el Papa Benedicto XVI presidió una misa en la que advirtió que "se equivoca quien cree que la misión profética de Fátima terminó".


El Pontífice aseguró que desde este santuario la Madre de Jesús sigue anunciándole al mundo que Dios es la única esperanza verdadera, porque tiene el poder de incendiar los corazones más fríos y tristes.


Desde el altar a cuyos pies se leía una frase de la beata Jacinta "Comparte con alegría", el Santo Padre dijo: "vengo a Fátima porque hoy converge aquí la Iglesia peregrina, querida por su Hijo como instrumento de evangelización y sacramento de salvación. Vengo a Fátima para rezar, con María y tantos peregrinos, por nuestra humanidad abrumada por miserias y sufrimientos".


"En fin, con los mismos sentimientos de los beatos Francisco y Jacinta y la Sierva de Dios Lucía, vengo a Fátima para confiar a Nuestra Señora la confesión de que ‘amo’, de que la Iglesia y los sacerdotes ‘aman’ a Jesús, y en el Él desean mantener fijos los ojos al terminar este Año Sacerdotal, y para confiar a la protección maternal de María a los sacerdotes, los consagrados y consagradas, los misioneros y todos los obreros de bien que hacen acogedora y benéfica la Casa de Dios".


En presencia de los obispos de Portugal, y del Presidente de la República, el Papa indicó que "el Señor, nuestra gran esperanza, está con nosotros, en su amor misericordioso, ofrece un futuro a su pueblo: un futuro de comunión consigo".


Prueba del amor y la fe de la Virgen María, prosiguió el Papa, "es este lugar bendito. En siete años volveréis aquí para celebrar el centenario de la primera visita hecha por la Señora ‘venida del Cielo’, como Maestra que introduce a los pequeños videntes en el acontecimiento íntimo del Amor Trinitario y los lleva a saborear al propio Dios como lo más bello de la existencia humana. Una experiencia de gracia que los hizo enamorados de Dios en Jesús, al punto que Jacinta llega a exclamar: ‘Me gusta tanto decir que a Jesús lo amo. Cuando lo digo muchas veces, parece que tengo una luz en el pecho, pero no me quemo’. Y Francisco decía: ‘Lo que más me gustó fue ver a Nuestro Señor, en aquella luz que Nuestro Señor nos puso en el pecho. ¡Me gusta tanto Dios!’" "Hermanos, al abrir estas inocentes y profundas confesiones místicas de los Pastorcitos, podría alguien mirarlos con un poco de envidia por haber visto o con la desilusionada resignación de quien no tuvo la misma suerte pero insiste en ver. A tales personas, el Papa dice como Jesús: ‘¿No estaréis engañadas, ignorando las Escrituras y el poder de Dios?’. Las Escrituras nos invitan a creer: ‘Felices los que creen sin haber visto’, pero Dios –más íntimo a mí mismo de cuanto soy yo– tiene el poder de llegar hasta nosotros principalmente a través de los sentidos interiores, de modo que el alma recibe el toque suave de algo real que está más allá de lo sensible, haciéndolo capaz de alcanzar lo no sensible, lo no visible a los sentidos".


Para eso, precisó el Santo Padre, "se exige una vigilancia interior de corazón que, en la mayor parte del tiempo, no poseemos a causa de la fuerte presión de las realidades externas y de las imágenes y preocupaciones que llenan el alma. ¡Sí! Dios puede alcanzarnos, ofreciéndose a nuestra visión interior".


"Aquella Luz en lo íntimo de los Pastorcitos, que proviene del futuro de Dios, es la misma que se manifestó en la plenitud de los tiempos y ha venido para todos: el Hijo de Dios hecho hombre. Él tiene poder para incendiar los corazones más fríos y tristes, lo vemos en los discípulos de Emaús. Por ello nuestra esperanza tiene un fundamento real, se apoya en un acontecimiento que se coloca en la historia y al mismo tiempo la excede: es Jesús de Nazaret".


Benedicto XVI dijo también que "la fe en Dios abre al hombre al horizonte de una esperanza cierta que no desilusiona, indica un sólido fundamento sobre el cual apoyar, sin miedo, la propia vida, pide el abandono, lleno de confianza, en las manos del Amor que sustenta al mundo".


Tras recordar el testimonio de solidaridad de la beata Jacinta, el Papa resaltó que "se equivoca quien cree que la misión profética de Fátima ha terminado. Aquí revive aquel designio de Dios que interpela a la humanidad desde sus albores: ‘¿Dónde está Abel, tu hermano? La voz de la sangre de tu hermano clama desde la tierra hasta Mí’. El hombre puede desencadenar un ciclo de muerte y de terror, pero no consigue interrumpirlo… En la Sagrada Escritura, es frecuente ver aparecer a Dios en procura de los justos para salvar a la ciudad humana y lo mismo hace aquí, en Fátima, cuando Nuestra Señora pregunta: ‘¿Queréis ofreceros a Dios para soportar los sufrimientos que Él quisiera enviaros, en acto de reparación por los pecados con que Él mismo es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?’" "Ante la familia humana pronta a sacrificar sus lazos más sagrados en el altar de los mezquinos egoísmos de nación, raza, ideología, grupo, individuo, vino del Cielo nuestra Madre ofreciéndose para transplantar el corazón de cuantos se entregan al amor de Dios que arde en sí. En aquel tiempo eran solo tres, cuyo ejemplo de vida se irradió y multiplicó en grupos innumerables por toda la superficie de la tierra, que se volcaron a la causa de la solidaridad fraterna".


"Que puedan estos siete años que nos separan del centenario de las apariciones apreciar el anunciado triunfo del Corazón Inmaculado de María para gloria de la Santísima Trinidad. Amén", concluyó.Bendición de enfermos Al finalizar la misa, el Papa alentó a los enfermos presentes en el santuario y del mundo a “sufrir con Jesús, quien da sentido pleno al dolor, y ser así ‘redentores en el Redentor’ colaborando en la salvación de los hermanos”.


En sus palabras previas a la bendición con el Santísimo Sacramento, el Pontífice recordó a los que sufren alguna aflicción corporal, al señalar que Dios se hizo hombre en Cristo para sufrir. “Queridos enfermos, reciban este llamado de Jesús que va a pasar junto a ustedes en el Santísimo Sacramento y confíenle todas las contrariedades y tristezas que enfrentan para que se vuelvan -según sus designios- medio de redención para el mundo entero”, subrayó. Tras la bendición de los enfermos con el Santísimo y un intenso momento de adoración eucarística, Benedicto XVI saludó a los presentes en francés, inglés, alemán, italiano, español, polaco y portugués.


Las palabras del Papa fueron respondidas con vivas y cantos de los fieles latinos y españoles, de manera especial con el tradicional grito de “Benedicto” seguido de palmas, en lo que fue la reacción más explosiva y alegre de la jornada.+

LA IGLESIA SE OPONE AL PROYECTO DE LEY SOBRE EL MAL LLAMADO MATRIMONIO HOMOSEXUAL


La Conferencia Episcopal Argentina y la Universidad Católica Argentina (UCA) mantienen reuniones periódicas con diputados y senadores, a fin de manifestarles la posición de la Iglesia y ofrecerles argumentos para oponerse a los proyectos de ley para modificar el Código Civil y permitir el “matrimonio” entre personas del mismo sexo y que estas parejas puedan adoptar. También sobre las iniciativas para despenalizar el aborto.

El obispo auxiliar de La Plata, monseñor Antonio Marino, encargado por el Episcopado de seguir las cuestiones legislativas, e Inés Franck, Guillermo Cartasso, Nicolás Lafferriere y el presbítero Rubén Revello, peritos de la UCA, son los encargados de exponer ante los legisladores estas cuestiones de inminente tratamiento parlamentario.


En los argumentos esgrimidos, se advierte sobre la inconstitucionalidad de los proyectos, sobre el porqué afecta el interés superior del niño, sobre cómo se pretende modificar en forma sustancial de la organización social, y la baja incidencia de uniones homosexuales y el deterioro de la unión heterosexual, entre otros.


Resumen de los argumentos


INCONSTITUCIONALIDAD DE LOS PROYECTOS: La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos con jerarquía constitucional reconocen al matrimonio como la unión de un varón y una mujer, como surge de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) cuando reconoce en el artículo 16.1: “Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia...”; del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) en su artículo 23.2: “Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia...” y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969) en el artículo 17.2: “Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia...”. Por tanto, las uniones de personas del mismo sexo no tienen título jurídico para requerir la tutela del Estado.

SE AFECTA EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO: La legalización de uniones de personas del mismo sexo vulnera el interés superior del niño, criterio rector de la Convención sobre los Derechos del Niño, pues incluye la pretensión de tener descendencia, ya sea por técnicas de procreación artificial o por adopción. En este sentido, el niño tiene derecho a crecer y desarrollarse en su dimensión psicosexual a partir de la complementariedad entre varón y mujer. Tal legalización altera los principios civiles que regulan la filiación matrimonial y sus presunciones. Los proyectos pretenden eliminar todas las leyes donde se habla de “padre” y “madre”. No puede experimentarse con los niños, máxime cuando se han señalado diversas consecuencias negativas que podrían derivar de la sanción de estos proyectos de ley.

MODIFICACIÓN SUSTANCIAL DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL: La reforma del matrimonio tal como está regulado en el Código Civil proyecta sus efectos sobre todo el ordenamiento jurídico y la sanción de una ley de estas características supondría la modificación de partes sustanciales del Código Civil y de otras numerosas normas vigentes, sin que se cuente con los estudios sobre las consecuencias de tales modificaciones. Por otra parte, los beneficios que se conceden legalmente al matrimonio fueron instituidos considerando su constitución por varón y mujer y sus funciones intransferibles en la transmisión de la vida y la educación de los hijos. Estas uniones de personas del mismo sexo no cumplen tales funciones ni generan esos beneficios.

SOBRE LOS PROYECTOS DE UNIÓN CIVIL: Los argumentos de fondo sobre la pretensión de reconocer como “matrimonio” a las uniones de personas del mismo sexo, se extienden también a los proyectos de ley que pretenden una legalización de tales uniones a través de leyes de “unión civil” o similares. En estos casos, no se las puede equiparar al matrimonio, sin grave injusticia contra el bien común y el derecho de familia, en especial por la función pedagógica de la ley y por las diferencias esenciales existentes entre la unión de varón y mujer estable y abierta a la vida que es el matrimonio, y las uniones de personas del mismo sexo, que no se corresponden con la complementariedad sexual propia de la naturaleza humana.

BAJA INCIDENCIA DE UNIONES HOMOSEXUALES Y DETERIORO DE LA UNIÓN HETEROSEXUAL: Sin perjuicio de los argumentos de fondo, cabe señalar que, en los países en los que se legalizó como matrimonio la unión de personas del mismo sexo apenas un 5% (o menos) de la totalidad de la población de orientación homosexual tiene interés en contraerlo, y una vez que lo contrae la unión tiene baja duración. Ello provoca la disminución de la tasa de matrimonialidad. En consecuencia: las personas de orientación homosexual una vez que tienen el matrimonio, no se casan; pero perjudican a las personas heterosexuales, y a la institución matrimonial: después son menos los que quieren contraer matrimonio (ni homosexuales, ni heterosexuales). http://www.aica.org/.