AUMENTO EL NUMERO DE CATOLICOS EN EL MUNDO



En el año 2008 los católicos del mundo llegaron a ser 1.166 millones, según se desprende de los datos que aporta la nueva edición del Anuario Estadístico de la Iglesia que acaba de publicar la Librería Editora Vaticana.

El anuario hace un balance entre los años 2000 y 2008. A lo largo de estos nueve años, la presencia de católicos en el mundo pasó de 1.045 millones en el año 2000 a 1.166 millones en 2008, con una variación relativa del 11,54 por ciento.


Al leer los datos de forma diferenciada se observa que en África se registra un incremento del 33%, mientras en Europa la situación se mantiene sustancialmente estable (1,17%); en Asia el incremento es del 15,61%, en Oceanía 11,39% y en América el 10,93%. No obstante, los católicos europeos pasaron del 26,81% en 2000 a 24,31% en 2008. En América y Oceanía se mantienen estables y en Asia aumentan ligeramente.


Por lo que respecta al número de obispos en el mundo, se pasó de 4.541 en 2000 a 5.002 en 2008, con un aumento del 10,15%.


La población sacerdotal, tanto diocesana como religiosa, muestra un ligero crecimiento a lo largo de estos nueve años (con un aumento del 0,98% en el mundo), pasando de 405.178 en 2000 a 409.166 en 2008. Si en África y Asia aumentan (un 33,1 y un 23,8% respectivamente), América se mantiene estable, mientras Europa y Oceanía disminuyen un 7 y un 4 por ciento. Los sacerdotes diocesanos aumentaron un 3,10%, pasando de 265.781 en 2000 a 274.007 en 2008. En contraste, los sacerdotes religiosos se hallan en constante disminución (-3,04%), llegando a ser 135.159 en 2008. Los sacerdotes disminuyen claramente solo en Europa: si en 2000 representaban más del 51% del total mundial, en 2008 son el 47%.


Sin embargo, si en Asia y África juntas suponían en 2000 el 17,5% del total, en 2008 el porcentaje era del 21,9%. América aumentó ligeramente su porcentaje que ronda el 30%. En cuanto a los religiosos no sacerdotes, si en 2000 eran 55.057, en 2008 bajaron a 54.641. Comparando los datos por continentes, en Europa se percibe una neta disminución (-16,57%) y en Oceanía (-22,06%), manteniéndose estable en América y aumentando en Asia (+32,00%) y en África (+10,47%).


Las religiosas son casi el doble que los sacerdotes y 14 veces los religiosos, pero actualmente están disminuyendo. Pasaron de 800 000 en 2000 a 740 000 en 2008. En cuanto a su distribución geográfica, el 41% reside en Europa mientras en América vive el 27,47%, en Asia el 21,77% y en Oceanía el 1,28%. En términos generales, las religiosas aumentaron en los continentes más dinámicos, África (+21%) y Asia (+16%).


El Anuario Estadístico de la Iglesia también recoge la evolución del número de estudiantes de filosofía y de teología en los seminarios diocesanos y religiosos. En el mundo aumentaron, pasando de 110.583 en 2000 a 117.024 en 2008. Mientras en África y en Asia los candidatos al sacerdocio aumentan, en Europa disminuyen. http://www.aica.org/

EN DEFENSA DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA


Al pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

1. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm 2,4). Por eso estableció con el hombre un diálogo de salvación, que culminó en el encuentro con Jesucristo, Señor nuestro y compañero de camino. La Iglesia está llamada a extender este diálogo a la convivencia humana. El diálogo para ser fecundo debe ser claro, afable, sencillo y confiado. Todo esto lleva implícito el respeto a la persona que vive, siente y piensa de un modo diferente. Todos estamos llamados al amor de Dios. La claridad del diálogo exige un discernimiento en orden a reconocer la verdad, sobre la cual los pastores no podemos callar. Esto no supone menosprecio ni discriminación.


2. El ser humano ha sido creado a imagen de Dios. Esta imagen se refleja no sólo en la persona individual, sino que se proyecta en la complementariedad y reciprocidad del varón y la mujer, en la común dignidad, y en la unidad indisoluble de los dos, llamada desde siempre matrimonio. El matrimonio es la forma de vida en la que se realiza una comunión singular de personas, y ella otorga sentido plenamente humano al ejercicio de la función sexual. A la naturaleza misma del matrimonio pertenecen las cualidades mencionadas de distinción, complementariedad y reciprocidad de los sexos, y la riqueza admirable de su fecundidad. El matrimonio es un don de la creación. No hay una realidad análoga que se le pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas; tiene características propias e irrenunciables, que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad. Así fue reconocido en las grandes culturas del mundo. Así lo reconocen los tratados internacionales asumidos en nuestra Constitución Nacional (cf. art. 75, inc. 22). Así lo ha entendido siempre nuestro pueblo.


3. Corresponde a la autoridad pública tutelar el matrimonio entre el varón y la mujer con la protección de las leyes, para asegurar y favorecer su función irreemplazable y su contribución al bien común de la sociedad. Si se otorgase un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, o se las pusiera en un plano jurídico análogo al del matrimonio y la familia, el Estado actuaría erróneamente y entraría en contradicción con sus propios deberes al alterar los principios de la ley natural y del ordenamiento público de la sociedad argentina.


4. La unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y de la familia. Está ausente de ella la dimensión conyugal y la apertura a la transmisión de la vida. En cambio, el matrimonio y la familia que se funda en él, es el hogar de las nuevas generaciones humanas. Desde su concepción, los niños tienen derecho inalienable a desarrollarse en el seno de sus madres, a nacer y crecer en el ámbito natural del matrimonio. En la vida familiar y en la relación con su padre y su madre, los niños descubren su propia identidad y alcanzan la autonomía personal.


5. Constatar una diferencia real no es discriminar. La naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer. Nuestro Código Civil no discrimina cuando exige el requisito de ser varón y mujer para contraer matrimonio; sólo reconoce una realidad natural. Las situaciones jurídicas de interés recíproco entre personas del mismo sexo pueden ser suficientemente tuteladas por el derecho común. Por consiguiente, sería una discriminación injusta contra el matrimonio y la familia otorgar al hecho privado de la unión entre personas del mismo sexo un estatuto de derecho público.


6. Apelamos a la conciencia de nuestros legisladores para que, al decidir sobre una cuestión de tanta gravedad, tengan en cuenta estas verdades fundamentales, para el bien de la Patria y de sus futuras generaciones.


7. En este clima pascual, y al iniciar el sexenio 2010-2016 del Bicentenario de la Patria, exhortamos a nuestros fieles a orar intensamente a Dios Nuestro Señor para que ilumine a nuestros gobernantes y especialmente a los legisladores. Les pedimos también que no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y constituyen la esperanza de la Patria. http://www.aica.org/

ANIVERSARIO PRIMERA MISA EN SAN JULIAN

Con motivo de la conmemoración del 490 aniversario de la primera misa en territorio argentino, el pasado jueves 1 de abril se celebró en Puerto San Julián, en el monumento histórico que recuerda el acontecimiento, una misa al aire libre que estuvo presidida por el obispo de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romanin, y concelebrada por el párroco, presbítero Daniel Mosqueda. Anualmente, para recordar y mantener viva la memoria colectiva, la comunidad sanjulianense se da cita en el monumento emplazado a orillas de la Bahía de San Julián, al igual que en 1520 lo hizo Hernando de Magallanes y su expedición, aquel Domingo de Ramos en que el cura Pedro de Valderrama, puso con una misa el sello de la Iglesia en suelo argentino. Este año, en coinidencia con el Jueves Santo y a tan solo 10 años del sesquicentenario, la emoción y el espíritu pascual envolvieron a los presentes. Y fue una vecina, Josefa Silva, la encargada de dar las palabras que hilvanaron aquel momento del primer encuentro entre la cultura europea llegada con la expedición magallánica y la cultura autóctona de los tehuelches. Por su parte el obispo expresó: “Hoy el país debería estar mirando este lugar histórico, donde todos estamos haciendo memoria”, al recordar y comparar el gesto de humildad, amor e igualdad que Jesús dio a sus discípulos a través de la enseñanza del lavado de los pies.A continuación, el Intendente Nelson Gleadell, el diputado Daniel Pandolfi, el presidente del Concejo Deliberante, Juan Manuel Pereyra, y Ely Quinteros de Lada, descubrieron una placa alusiva que posteriormente fue bendecida por el obispo. Puerto San Julián, “Ciudad del Encuentro”, se apresta para la fiesta religiosa de 2020, cuando se cumplan los 500 años de aquel momento único, y esperan celebrarlo con la presencia del Santo Padre. WWW.AICA.ORG

ORDENACION SACERDOTAL