Que son las indulgencia?

¿qué son las indulgencias?
Con el Catecismo de la Iglesia Católica afirmamos que:

“La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos. La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente. Todo fiel puede ganar para sí mismo o aplicar por los difuntos a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias” (Catecismo, n. 1471).

La indulgencia que podrá ganarse con ocasión del Año Jubilar será plenaria y por tanto ella podrá liberarnos totalmente de la pena temporal debida por nuestros pecados.

2. ¿Cómo entender de mejor manera la enseñanza y la práctica de la Iglesia sobre las indulgencias?


Para entender la doctrina y la práctica de la Iglesia acerca de las indulgencias, es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia: genera en nosotros una “pena eterna” y una “pena temporal”. Recurramos nuevamente al Catecismo de la Iglesia Católica para comprender mejor esta enseñanza:

“El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la “pena eterna” del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que tienen necesidad de purificación, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de lo que se llama “pena temporal” del pecado... El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del “hombre viejo” y a revestirse del “hombre nuevo” (ver Ef 4,24)”. (Catecismo, nn. 1472-1473).

De lo anteriormente dicho podemos concluir que si bien por el sacramento de la Penitencia se nos perdona la “pena eterna del pecado”, la indulgencia es uno de los medios a través de los cuales se nos perdonan las “penas temporales del pecado”.

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