El santo Padre nos comparte el testimonio de Jacinta y Francisco con la Señora ‘venida del Cielo’, que, como Maestra,introduce a los pequeños videntes en el acontecimiento íntimo del Amor Trinitario y los lleva a saborear al propio Dios como lo más bello de la existencia humana.
Una experiencia de gracia que los hizo enamorados de Dios en Jesús, al punto que Jacinta llega a exclamar: ‘Me gusta tanto decir que a Jesús lo amo. Cuando lo digo muchas veces, parece que tengo una luz en el pecho, pero no me quemo’.
Y Francisco decía: ‘Lo que más me gustó fue ver a Nuestro Señor, en aquella luz que Nuestro Señor nos puso en el pecho. ¡Me gusta tanto Dios!’"
Una experiencia de gracia que los hizo enamorados de Dios en Jesús, al punto que Jacinta llega a exclamar: ‘Me gusta tanto decir que a Jesús lo amo. Cuando lo digo muchas veces, parece que tengo una luz en el pecho, pero no me quemo’.
Y Francisco decía: ‘Lo que más me gustó fue ver a Nuestro Señor, en aquella luz que Nuestro Señor nos puso en el pecho. ¡Me gusta tanto Dios!’"
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