LA DROGA = ANTICULTURA DE LA MUERTE


El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, consideró que la droga es “uno de los más graves problemas que nos toca sobrellevar y claramente es un flagelo que forma parte de la anticultura de la muerte”, y advirtió que “este mal va creciendo a pasos agigantados en nuestra patria, está descontrolado, genera silencios y miedos, y nos tiene sumergidos a los ciudadanos como ‘meros espectadores’ de algo que nos hace sentir que estamos vencidos”, porque, lamentó, pareciera que en este tema “nadie quiere ‘poner cascabel al gato’”. Tras calificar de “gravísimo” que quien quiera meterse a luchar “contra la droga” se expone a “amenazas personales o a su familia, cuando no a perder la propia vida”, recordó que “este gravísimo problema del crecimiento del negocio, mafia y consumo de la droga fue planteado por los obispos argentinos en el contexto de sus desafíos pastorales”, y que el Foro “De habitantes a ciudadanos” presentó un anteproyecto de ley para la creación de un Programa Nacional de Educación y Prevención sobre el consumo de drogas y alcohol a las autoridades de la Cámara de Diputados de la Nación. El prelado precisó que este anteproyecto impulsa, entre otras cosas, “fomentar que los niños y adolescentes funden sus comportamientos y hábitos de vida en valores trascendentes que los ayuden a descubrir un proyecto vital que se articule con el bien común; implementar acciones interdisciplinarias de educación y prevención (ejemplo: deportivas, solidarias, de aprendizaje colectivo, etc.); capacitar personal docente de la institución escolar para educar para la salud y para la vida en el marco de la libertad de enseñanza; apoyar a las familias en su tarea educativa, especialmente a las más necesitadas de contención; y vincular a los distintos sectores e instituciones, con el propósito de sensibilizar a la sociedad toda sobre la necesidad de actuar conjuntamente en esta lucha”. “Por la gravedad que el problema de la droga tiene en nuestra patria y en nuestra provincia, es necesario que se adopten políticas públicas y se tome la lucha contra este flagelo social como una cuestión de Estado”, reclamó. Monseñor Martínez reveló que “en nuestra región del nordeste también se empezó un camino desde la acción pastoral, para mejorar y coordinar las respuestas, sobre todo pensando en nuestros jóvenes y adolescentes que son los principales afectados”, e insistió en que hay que tomar conciencia de que “estamos ante un mal que implica a sectores muy influyentes de la vida pública y privada, y que el tratamiento de este tema genera silencios que pueden desanimarnos”. “Cada tanto parece que nos conformamos cuando se encuentra alguna carga de droga, pero tenemos la certeza de que esto es absolutamente insuficiente. La droga es muerte y aunque hay tantas tinieblas que se acentúan en nuestra realidad creemos que en este tema también la vida triunfará sobre la muerte”, confió en el final. WWW.AICA.ORG

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